Salud Mental: interdisciplina, medicación e integralidad en abordajes.
Resulta necesario entender a qué lugar viene la medicación en un proceso de salud –enfermedad dentro de la Salud Mental y entender desde donde se habla cuando se habla de profesionales del ámbito Psi dentro de esos procesos que son integrales e interdisciplinarios en casos graves o agudos que ponen en riesgo la integridad propia como también la de otros. La Psicología, históricamente en sus raíces, es una ciencia social o humana que ha tomado aportes de la Filosofía, Sociología, Antropología y de las Ciencias Médicas en su quehacer y que es independiente actualmente gracias a sus múltiples metodologías consensuadas mundialmente y que se atribuye al ejercicio propio de esta disciplina científica como tal. Lo científico es porque hay evidencias en lo público sobre sus resultados y demuestran en qué y cómo ayudar en lo conductual y anímico del ser humano. La Psiquiatría es una ciencia biologicista que deviene de las Ciencias Médicas y como tal focaliza su atención en la forma de un síntoma y poco en el contenido. Contribuye a trabajar en el presente del malestar y medican porque son médicos habilitados para hacerlo en los múltiples psicofármacos que existen, aunque en el mundo hay lugares donde los Psicólogos también lo hacen, como en algunos estados de Estados Unidos. A pesar de lo recientemente expuesto, es importante que el Psicólogo se nutra de conocimientos en psicofarmacología y neurofisiología para comprender aún más los procesos superiores cerebrales, sus funciones que determinan en cierto aspecto algunas conductas cuando falla y también para entender que fármacos o combinación de ellos pueden actuar sobre los síntomas orgánicos y anímicos también. La medicación viene al lugar de la palabra, de lo que no puedo entender o simbolizar pero que está y atraviesa al cuerpo, avisa en muchos casos que tenemos el deber de buscar la posibilidad de poder decir algo de aquello que nada sabemos, porque nos pasa y el cuerpo avisa. La medicación es valiosa para estabilizar, pero genera tolerancia y dependencia si no se le puede dar sentido con un proceso de psicoterapia desde la Psicología en un proceso de psicoterapia. Las personas tienen que entender que no es Psicólogo si y Psiquiatra no o viceversa, hoy en algunos casos la mirada debe ser integral, porque ese es el signo de abordajes de la época en materia de Salud con dispositivos que aumentan la calidad de vida de las personas. La complementariedad no suple a nadie, sino que aborda al sujeto desde la complejidad para devolverle nuevos significados y sentidos, muchas veces ocultos pero que de manifiesto hay un problema físico o anímico que nos llevan a conductas observables que dañan en lo individual y a su propio contexto. El Psicólogo y el Psiquiatra junto a otras disciplinas pueden integrar un buen equipo como complemento que contribuyan al bienestar de un paciente en muchos casos que lo requieren y lo es de una manera mucho más integral que antes. El Psiquiatra con medicación estabiliza estados anímicos que son necesarios controlar para que el Psicólogo pueda ayudar a través de la palabra y su técnica sobre el contenido del síntoma que problematiza a los que consultan. Sobre todo, en depresiones o trastornos de ansiedad que son entidades que desde lo psicopatológico es muy funcional trabajarlo interdisciplinariamente. Las patologías que más se vieron en época de pandemia y siguen estando en aumento a pesar de las flexibilizaciones son el ataque de pánico y la depresión, sumando conductas o hábitos que empiezan a desregularse como el insomnio y el consumo de sustancias con frecuencias altas. Las formas de abordar estas problemáticas son interdisciplinarias en su mayoría, porque ya hay manifestaciones claras que comprometen al cuerpo y se necesita de la interconsulta con psiquiatría para estabilizar el grado de ansiedad y de angustia que alteran el sentido a la cotidianeidad en todos los espacios sociales en un contexto que no favorece y preocupa a muchas personas. Es cierto que cuando hablamos de Salud Mental, hablamos de recursos, hablamos de contextos sociales y culturales, hablamos de posibilidades que están y la que se fueron o las que nunca estuvieron, y es por todo esto y lo anterior que hay que entender que los abordajes son integrales y cada uno acompaña desde su disciplina a cada sujeto que consulta.
Resulta necesario entender a qué lugar viene la medicación en un proceso de salud –enfermedad dentro de la Salud Mental y entender desde donde se habla cuando se habla de profesionales del ámbito Psi dentro de esos procesos que son integrales e interdisciplinarios en casos graves o agudos que ponen en riesgo la integridad propia como también la de otros. La Psicología, históricamente en sus raíces, es una ciencia social o humana que ha tomado aportes de la Filosofía, Sociología, Antropología y de las Ciencias Médicas en su quehacer y que es independiente actualmente gracias a sus múltiples metodologías consensuadas mundialmente y que se atribuye al ejercicio propio de esta disciplina científica como tal. Lo científico es porque hay evidencias en lo público sobre sus resultados y demuestran en qué y cómo ayudar en lo conductual y anímico del ser humano. La Psiquiatría es una ciencia biologicista que deviene de las Ciencias Médicas y como tal focaliza su atención en la forma de un síntoma y poco en el contenido. Contribuye a trabajar en el presente del malestar y medican porque son médicos habilitados para hacerlo en los múltiples psicofármacos que existen, aunque en el mundo hay lugares donde los Psicólogos también lo hacen, como en algunos estados de Estados Unidos. A pesar de lo recientemente expuesto, es importante que el Psicólogo se nutra de conocimientos en psicofarmacología y neurofisiología para comprender aún más los procesos superiores cerebrales, sus funciones que determinan en cierto aspecto algunas conductas cuando falla y también para entender que fármacos o combinación de ellos pueden actuar sobre los síntomas orgánicos y anímicos también. La medicación viene al lugar de la palabra, de lo que no puedo entender o simbolizar pero que está y atraviesa al cuerpo, avisa en muchos casos que tenemos el deber de buscar la posibilidad de poder decir algo de aquello que nada sabemos, porque nos pasa y el cuerpo avisa. La medicación es valiosa para estabilizar, pero genera tolerancia y dependencia si no se le puede dar sentido con un proceso de psicoterapia desde la Psicología en un proceso de psicoterapia. Las personas tienen que entender que no es Psicólogo si y Psiquiatra no o viceversa, hoy en algunos casos la mirada debe ser integral, porque ese es el signo de abordajes de la época en materia de Salud con dispositivos que aumentan la calidad de vida de las personas. La complementariedad no suple a nadie, sino que aborda al sujeto desde la complejidad para devolverle nuevos significados y sentidos, muchas veces ocultos pero que de manifiesto hay un problema físico o anímico que nos llevan a conductas observables que dañan en lo individual y a su propio contexto. El Psicólogo y el Psiquiatra junto a otras disciplinas pueden integrar un buen equipo como complemento que contribuyan al bienestar de un paciente en muchos casos que lo requieren y lo es de una manera mucho más integral que antes. El Psiquiatra con medicación estabiliza estados anímicos que son necesarios controlar para que el Psicólogo pueda ayudar a través de la palabra y su técnica sobre el contenido del síntoma que problematiza a los que consultan. Sobre todo, en depresiones o trastornos de ansiedad que son entidades que desde lo psicopatológico es muy funcional trabajarlo interdisciplinariamente. Las patologías que más se vieron en época de pandemia y siguen estando en aumento a pesar de las flexibilizaciones son el ataque de pánico y la depresión, sumando conductas o hábitos que empiezan a desregularse como el insomnio y el consumo de sustancias con frecuencias altas. Las formas de abordar estas problemáticas son interdisciplinarias en su mayoría, porque ya hay manifestaciones claras que comprometen al cuerpo y se necesita de la interconsulta con psiquiatría para estabilizar el grado de ansiedad y de angustia que alteran el sentido a la cotidianeidad en todos los espacios sociales en un contexto que no favorece y preocupa a muchas personas. Es cierto que cuando hablamos de Salud Mental, hablamos de recursos, hablamos de contextos sociales y culturales, hablamos de posibilidades que están y la que se fueron o las que nunca estuvieron, y es por todo esto y lo anterior que hay que entender que los abordajes son integrales y cada uno acompaña desde su disciplina a cada sujeto que consulta.Resulta necesario entender a qué lugar viene la medicación en un proceso de salud –enfermedad dentro de la Salud Mental y entender desde donde se habla cuando se habla de profesionales del ámbito Psi dentro de esos procesos que son integrales e interdisciplinarios en casos graves o agudos que ponen en riesgo la integridad propia como también la de otros.
La Psicología, históricamente en sus raíces, es una ciencia social o humana que ha tomado aportes de la Filosofía, Sociología, Antropología y de las Ciencias Médicas en su quehacer y que es independiente actualmente gracias a sus múltiples metodologías consensuadas mundialmente y que se atribuye al ejercicio propio de esta disciplina científica como tal. Lo científico es porque hay evidencias en lo público sobre sus resultados y demuestran en qué y cómo ayudar en lo conductual y anímico del ser humano.
La Psiquiatría es una ciencia biologicista que deviene de las Ciencias Médicas y como tal focaliza su atención en la forma de un síntoma y poco en el contenido. Contribuye a trabajar en el presente del malestar y medican porque son médicos habilitados para hacerlo en los múltiples psicofármacos que existen, aunque en el mundo hay lugares donde los Psicólogos también lo hacen, como en algunos estados de Estados Unidos.
A pesar de lo recientemente expuesto, es importante que el Psicólogo se nutra de conocimientos en psicofarmacología y neurofisiología para comprender aún más los procesos superiores cerebrales, sus funciones que determinan en cierto aspecto algunas conductas cuando falla y también para entender que fármacos o combinación de ellos pueden actuar sobre los síntomas orgánicos y anímicos también.
La medicación viene al lugar de la palabra, de lo que no puedo entender o simbolizar pero que está y atraviesa al cuerpo, avisa en muchos casos que tenemos el deber de buscar la posibilidad de poder decir algo de aquello que nada sabemos, porque nos pasa y el cuerpo avisa.
La medicación es valiosa para estabilizar, pero genera tolerancia y dependencia si no se le puede dar sentido con un proceso de psicoterapia desde la Psicología en un proceso de psicoterapia.
Las personas tienen que entender que no es Psicólogo si y Psiquiatra no o viceversa, hoy en algunos casos la mirada debe ser integral, porque ese es el signo de abordajes de la época en materia de Salud con dispositivos que aumentan la calidad de vida de las personas. La complementariedad no suple a nadie, sino que aborda al sujeto desde la complejidad para devolverle nuevos significados y sentidos, muchas veces ocultos pero que de manifiesto hay un problema físico o anímico que nos llevan a conductas observables que dañan en lo individual y a su propio contexto.
El Psicólogo y el Psiquiatra junto a otras disciplinas pueden integrar un buen equipo como complemento que contribuyan al bienestar de un paciente en muchos casos que lo requieren y lo es de una manera mucho más integral que antes. El Psiquiatra con medicación estabiliza estados anímicos que son necesarios controlar para que el Psicólogo pueda ayudar a través de la palabra y su técnica sobre el contenido del síntoma que problematiza a los que consultan. Sobre todo, en depresiones o trastornos de ansiedad que son entidades que desde lo psicopatológico es muy funcional trabajarlo interdisciplinariamente.
Las patologías que más se vieron en época de pandemia y siguen estando en aumento a pesar de las flexibilizaciones son el ataque de pánico y la depresión, sumando conductas o hábitos que empiezan a desregularse como el insomnio y el consumo de sustancias con frecuencias altas.
Las formas de abordar estas problemáticas son interdisciplinarias en su mayoría, porque ya hay manifestaciones claras que comprometen al cuerpo y se necesita de la interconsulta con psiquiatría para estabilizar el grado de ansiedad y de angustia que alteran el sentido a la cotidianeidad en todos los espacios sociales en un contexto que no favorece y preocupa a muchas personas.
Es cierto que cuando hablamos de Salud Mental, hablamos de recursos, hablamos de contextos sociales y culturales, hablamos de posibilidades que están y la que se fueron o las que nunca estuvieron, y es por todo esto y lo anterior que hay que entender que los abordajes son integrales y cada uno acompaña desde su disciplina a cada sujeto que consulta.